Como su denominación indica se trata de la posición de las ruedas, que deben estar alineadas entre sí o en paralelo (por eso también se le denomina paralelo de ruedas de coche). Si las ruedas no están paralelas, podemos tener problemas con la dirección, el desgaste de los neumáticos e incluso los frenos.
Si las ruedas no están correctamente alineadas también es posible que el coche consuma más combustible y que no tenga un comportamiento correcto en curva. Esto último, peligroso en algunas circunstancias y que puede terminar en una salida de carretera.
Las carreteras con baches, los badenes en poblado, bordillos y cosas similares superadas a una velocidad inadecuada puede suponer una pérdida del paralelo. Recuperar el alineado requiere de herramienta especializada y de conocimientos de mecánica. Es imprescindible acudir al taller. También se recomienda revisar el paralelo cuando se cambian los neumáticos, junto al equilibrado de las ruedas.
El alineado o paralelo de las ruedas no se aprecia a simple vista, si puedes detectarlo sin herramientas, con sólo mirar, el desajuste es demasiado acusado y deberás acudir al taller inmediatamente. También podemos saber cómo está el paralelo de otras formas, como por ejemplo: si vamos en línea recta y soltamos el volante, el coche debería ir recto, con una leve desviación a la derecha por que las carreteras se construyen levemente inclinadas hacia ese lado. Si se desvía en exceso o hacia el lado izquierdo, el paralelo necesita ser ajustado.
También podemos apreciar una mala alineación por la aparición de vibraciones, porque la dirección tiene un tacto diferente, los neumáticos se gastan de forma irregular y anormal. Si esas vibraciones son a determinada velocidad y luego desaparecen, es posible que sea cosa del equilibrado y no del paralelo, algo que nos aclaran en el taller.