La falta de uso del coche puede provocar averías.
Evitar usar el coche no es una buena manera de prevenir averías, más bien todo lo contrario. Aunque muchos conductores lo pasen por alto, el automóvil requiere de un mantenimiento obligatorio que debe llevarse a cabo aunque el vehículo se encuentre aparcado durante un largo periodo de tiempo.
Muchos de los elementos de nuestros coches vienen con una recomendación del fabricante que indica que debemos sustituirlos cada cierto tiempo, aún cuando no se ha sobrepasado el límite de kilómetros. Sin un mantenimiento mínimo estaremos expuestos a averías graves.
Por ejemplo, el gas de climatización debemoverse periódicamente para que la lubricación de los elementos como el filtro, el compresor o las juntas sea la adecuada. Se recomienda conectarlo al menos cada treinta días.
Lo mismo sucede con el motor, que debemos arrancar como mínimo una vez al mes para evitar que los pistones puedan pegarse, oxidarse o incluso partirse por falta de engrase. Ante esta falta de lubricación aumentará el riesgo de fugas. Un humo azul será síntoma de que debemos llamar urgéntemente a nuestro taller mecánico.
Pero no solo se trata de la mecánica. Los neumáticos, por ejemplo, también pueden deforarse si el peso recae sobre la misma superficie durante mucho tiempo.
Los elementos eléctricos, como el elevalunas, pueden verse afectados por la humedad o los limpiaparabrisas, que pueden sufrir óxido.
Otro elemento que se puede oxidar son los discos de frenos o los grupos hidráulicos de los sistemas ABS. Recordad además que es recomendable llevar el coche al taller cada dos años para sustituir el líquido de frenos.