Borrasca Filomena

Pensábamos que 2021 nos deparaba buenas cosas, una nueva oportunidad para olvidar el horrible año 2020, que será conocido como el año de la pandemia. Pero ha sido empezar el año y ya nos hemos visto contra las cuerdas de forma bastante radical hasta el punto de crear un caos en toda España que todavía deja sentir sus consecuencias.

Hemos visto cómo, en apenas unos días, las calles se llenaban de nieve como no ocurría en años. Donde menos nieve ha caído, se ha llegado a acumular un mínimo de 30 centímetros de nieve en las calles, llegando a más de un metro en los lugares más castigados. Una situación que ha provocado cortes de carreteras, coches atrapados en la nieve, problemas de abastecimiento y por supuesto, daños materiales provocados por la nevada.

De todo lo mencionado, incluso las más de 30 caídas cada hora por culpa del hielo, ocurridas en Madrid en los últimos días, son totalmente asumibles y relativamente fáciles de solucionar, pero los daños materiales en ocasiones requieren de soluciones más drásticas dada la importancia de los daños en muchos casos. Sobre todo cuando se trata de daños a propiedad privada como el coche, que por lo general, se deja en la calle y suele ser algo que sufre directamente todos los avatares de este tipo de fenómenos meteorológicos.

 

 

Es el momento Pide Cita Ahora

Porque es muy importante tener tu vehículo preparado para cualquier adversidad.

 

¿Cómo afecta el temporal a tu coche?

Daños por nevada, ¿cómo actuar?

Fenómenos como la borrasca Filomena no son comunes en España, al menos no de tal magnitud. Es evidente que ha sido realmente fuerte y a muchas personas les ha pillado sin estar preparadas, a pesar de que se dijo con tiempo y se anunció en los telediarios y en los periódicos. Lo peor es que ha pillado también a contrapié a las administraciones, que se han visto desbordados por la borrasca en todos los apartados posibles. Y no es la primera vez que por culpa de una nevada se sufren cortes de circulación, en 2018 mucha gente sufrió los efectos de una nevada en la AP-6, quedando atrapadas.

Lo primero que debemos tener en cuenta son los efectos que puede tener un temporal así en nuestro vehículo, ya que dependiendo de la intensidad, quizá sólo tengamos que quitar el hielo del parabrisas o nos veamos obligados a otra serie de trabajos más complicados como es descongelar las cerraduras o quitar la nieve alrededor del coche.

El principal problema al que nos tendremos que enfrentar serán las heladas, un incordio cuando cogemos el coche por las mañanas en algunos lugares de España y un auténtico quebradero de cabeza en situaciones más extremas como las que hemos vivido estos días y los que vendrá, pues se esperan temperaturas muy bajas, sobre todo por la noche. En caso de heladas extremas, podríamos encontrarnos con puertas literalmente pegadas porque se han congelado las gomas. Las cerraduras son un caso típico al igual que los cristales y no debemos preocuparnos por los líquidos del coche (gasolina, gasóleo, anticongelante…), tiene que hacer mucho, pero que mucho frío para que se congelen.

Si nos encontramos con el coche helado, lo más importante que debemos hacer es olvidarnos del agua caliente. Nunca, NUNCA, debemos echar agua caliente sobre el hielo, sobre todo si son los cristales. El cambio de temperatura sería muy brusco y el cristal podría partir e incluso explotar. No es como en las películas, pero te llevas un buen susto y puedes herirte. Lo mejor, como consejo, es tener en una pistola pulverizadora un poco de anticongelante con agua y rociar las zonas congeladas. No es instantáneo, pero es muy eficaz.

Las nevadas afectan a nuestro coche de igual forma, pero lo peor es la nieve que se acumula encima del vehículo. Lo mejor es evitar que se acumule mucha nieve encima, puede que no parezca un problema, pero la nieve pesa mucho, más de lo que mucha gente cree y tener grandes cantidades de nieve puede dañar algunas partes del coche. Sólo hay que fijarse que hay ramas que se parten por el peso de la propia nieve. Además, si esa nieve que está encima del coche se congela, será como una armadura, un armazón protector bastante duro, que nos hará sudar para poder acceder al coche.

Si mi coche resulta dañado por la borrasca, ¿a quien debo reclamar?

Uno de los peores escenarios que nos podemos encontrar es el coche dañado por culpa de la borrasca; otro vehículo ha perdido el control y ha impactado contra el nuestro, una rama de un árbol se ha roto y ha caído encima de nuestro coche, la propia nieve que ha causado algún desperfecto… ¿A quién reclamo todas estas cosas? ¿Tengo que hacer frente yo a las reparaciones?

Vamos a ir por pasos, porque no tendremos que ser nosotros quienes reparen los daños pagando de nuestro bolsillo, siempre que se cumplan determinadas condiciones. Para empezar, es imprescindible que tengamos la póliza del seguro al día, es decir, que hayamos pagado la cuota correspondiente y tengamos contratado, como mínimo, la imprescindible póliza de responsabilidad civil. A partir de aquí tenemos varias posibilidades.

Por un lado, desde el 1 de julio de 2016, todos los automóviles que estén cubiertos por un seguro de responsabilidad civil pasan a estar bajo el amparo del Consorcio de Compensación de Seguros en caso de catástrofe natural, aunque este ente sólo se hará responsable de daños causados por inundaciones extraordinarias, terremotos, tornados y vientos con velocidades superiores a 120 km/h. Es decir, las nevadas o el granizo no entran dentro de las coberturas.

Esto deja como responsables directos a las aseguradoras, que a su vez tienen varios cauces para actuar. En primera instancia, sólo los seguros a todo riesgo se harán cargo de reparar el coche sin coste alguno y sin tener que estar reclamando daños a terceros, como puede ser el ayuntamiento correspondiente a nuestra localidad de residencia. De todas formas, aunque sea a todo riesgo, es imprescindible leer todo el contrato al completo, incluso la letra más pequeña que podamos encontrar porque hay aseguradoras que excluyen casos como desprendimientos de nieve, hielo o tejados al ser un daño externo ajeno a la póliza. Si se incluyen daños meteorológicos, los daños causados por Filomena estarán cubiertos.

Si los daños son por causa de un árbol caído, el responsable es el ayuntamiento y habrá que reclamar, pero hay que hacerlo a través del seguro. Los pasos son los siguientes:

  • Sacar fotos del escenario y de los daños al vehículo.
  • Presentar denuncia en la policía que refleje todos los daños sufridos.
    Con la denuncia y las fotos, presentamos parte de daños al seguro y ellos se encargarán de reclamar al ayuntamiento.

En caso de ser un seguro a terceros y los daños sean por otra causa, las cosas son diferentes y quizá no sea tan fácil. Las cosas son como siguen:

  • Hay que contactar con el seguro y contar lo sucedido, esperando un compromiso de pago desde la aseguradora. El plano puede variar de unos días o de varias semanas.
  • Podemos adelantar el pago en el taller y reclamar al seguro con la factura de la reparación.
  • Si tenemos franquicia se puede reparar en taller adelantando la franquicia y realizar el mismo proceso que con el seguro a terceros.

Nada nos confirma ni nos afirma que las aseguradoras nos cubran los daños cuando tengamos seguros a terceros, pero no está de más informarse en la aseguradora sobre el caso.

 

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Consorcio de Compensación de Seguros, ¿para qué sirve?

Todos conocemos el Consorcio de Compensación de Seguros, siempre hay alguien cercano que ha recurrido a este ente para resolver algún problema pero, ¿qué es el Consorcio de Compensación de Seguros?

Se trata de un organismo adscrito al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital y se financia por una cuota procedente de las pólizas de las aseguradoras. Asume el pago de los desperfectos en viviendas y vehículos, siempre que sea en caso de “riesgo extraordinario”.

¿Qué es un riesgo extraordinario? Un riesgo extraordinario se entiende como algo fuera de lo normal y de grandes magnitudes, cosas como por ejemplo inundaciones, tempestades ciclónicas atípicas, tornados… de hecho cubre hasta la caída de meteoritos o los daños que pueda recibir nuestro vehículo por terrorismo, tumulto popular o actuaciones del ejercito o la policía en tiempos de paz.