Correa de distribución, ¿cada cuánto hay que cambiarla?
La correa de distribución se fabrica, por lo general, con materiales como el caucho y el kevlar, con pequeños cables trenzados de acero y de nylon. Es tremendamente resistente, pero también está expuesta a un trabajo abrumadoramente exigente. Sufre enormes temperaturas del orden de 100 grados, sufre tensiones con cada aceleración y sufre torsiones con cada movimiento del motor. Tiene que soportar el esfuerzo que le llega desde la polea del cigüeñal y enviarlo al resto de elementos como la polea de los árboles de levas o la bomba de aceite.
Todo esto unido a sufrir los envites del medio ambiente, algo que también afecta a los materiales con los que se fabrica la correa de distribución, hacen que llegado un momento, pierda sus facultades y no sea capaz de soportar los esfuerzos a los que está sometida. Es en ese momento cuando debemos proceder al cambio de correa distribución.
¿Cuándo es ese momento? Pues según cada marca y del motor. Todos los fabricantes realizan pruebas a sus automóviles durante las cuales, se pueden llegar a recorrer cientos de miles de kilómetros. Además, viajan con sus coches a zonas de calor y frío extremos (pueden superar los 50 grados a la sombra y los 30 grados bajo cero) para poder garantizar un buen producto, que sea eficiente, eficaz y duradero. Durante esas pruebas, se determina el mantenimiento y cada cuanto se debe realizar.
Por ejemplo, el cambio distribución puede ser a los 60.000 kilómetros o bien, puede ser a los 150.000 kilómetros. Dependiendo del motor, de la marca e incluso del tipo de coche, el momento de cambiar la correa de distribución o la batería puede variar muchísimo. Por lo general, como kilometraje medio, hay que cambiar la correa del coche cada 100.000 kilómetros. Pero ojo, esto es una media, debemos consultar el libro de usuario de nuestro coche para saber cuándo debemos cambiar la correa distribución.