Tras la desconexión vacacional, la vuelta a la normalidad conlleva, a menudo, recuperar una cierta sensación de estrés. ¿Cómo te afecta al conducir y de qué modo debes actuar para evitar sus efectos? Desde Automotor y Ventas nos desvivimos por tu seguridad y bienestar, por eso queremos instruirte en este aspecto.

 

estres conduciendo

El origen del estrés

El estrés se asocia a lo que causa tensión. Se genera por un desencuentro entre la valoración que hacemos de una demanda externa y la percepción de nuestra capacidad para enfrentarla. Es decir, cuando sentimos que algo nos supera, el estrés nos acompaña.

Está generado, por igual, por:

  • Factores externos y ambientales. Poblemas económicos, altas exigencias laborales, exceso de ruido, mucho calor, responsabilidades desproporcionadas…
  • Situaciones internas y emocionales. Inseguridades, baja autoestima, cansancio, falta de tiempo libre, vida sedentaria…

El estrés y la conducción

Conducir con estrés es enormemente peligroso. Ese malestar interior genera distracciones que pueden derivar en accidentes de tráfico. De hecho, un efecto real es un gran dificultad para calcular las distancias. Imagina las consecuencias catastróficas que ocasiona al adelantar. En todo caso, perdemos capacidad de atención, tiempo de reacción, concentración y prudencia.

La agresividad también aumenta. El conductor estresado no solo la dirige hacia su copiloto y los pasajeros, también la enfoca a otros vehículos y a cómo se desenvuelve al volante. Las decisiones que toma suelen ser más arriesgadas y furibundas.

No menos importante es tener nuestro coche con los mantenimientos realizados, ya que nos dará mucha mas tranquilidad a la hora de conducir y no estaremos pensando en esa revisión que no hemos pasado y las ocnsecuencias que puede tener.

 

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El estrés, asimismo, produce sensaciones físicas de malestar. Desde dolores de cabeza o musculares a nerviosismo, fatiga y alteraciones generales. Conducir exige siempre la máxima atención y bienestar. Solo debes llevar tu coche cuando estás en plena forma. Si no, debes descansar antes de seguir. ¿El problema? Que con el estrés el malestar se cronifica y limita tu conducción permanentemente.

Además, somos más sensibles a los impactos lumínicos, por lo que conducir de noche resulta más que peligroso. Las luces de los vehículos que vienen en dirección contraria pueden deslumbrarte y hacerte perder el control del automóvil.

Claves para combatir el estrés al volante

Autoconocernos es fundamental. Sé prudente: si te notas altos niveles de estrés, evita conducir hasta que se te pasen.

En el día a día, te conviene dedicar tiempo a ti mismo para desconectar de lo agobiante. Haz deporte, practica la meditación, disfruta de tus hobbies y rodéate de la gente que te quiere y te hace estar a gusto.

Si vas a conducir, aplica estos consejos para disminuir el estrés al volante:

  • Nunca te fijes tiempos u horas de llegada.
  • Aparca los problemas al ponerte al volante.
  • Evita discutir.
  • Piensa en positivo: trata de evocar cosas agradables.
  • Ponte música que te relaje y te haga disfrutar.
  • Mantén una temperatura agradable en el vehículo.
  • Ten clara la ruta y el recorrido antes de iniciar la marcha.
  • Reduce la velocidad a la que irías normalmente.

En definitiva, evita el estrés al conducir y reducirás el riesgo de accidentes. En caso de duda, busca un conductor o un medio de transporte alternativos.