El airbag es uno de los inventos más importantes que se han desarrollado en las últimas décadas, referentes a la seguridad en los coches. Sus características son bastante básicas, pues se trata de una bolsa de aire que evita que el cuerpo impacte contra las superfícies duras del habitáculo, aunque su accionamiento es más complejo e incluso peligroso.
Hoy día, todos los coches del mercado tienen airbags, de hecho, hay automóviles con más de 10 airbags. Pero cuando comenzó a usarse este sistema lo más normal era tener solamente el airbag frontal del conductor, nada más. La evolución en el desarrollo ha dado lugar a un sinfín de lugares donde colocar un airbag para proteger a los ocupantes.
El funcionamiento es, teóricamente, muy sencillo, hacerlo realidad es muchísimo más complicado. Un sensor detecta cuando ocurre un impacto y manda la señal a la centralita, la centralita a su vez activa un sistema pirotécnico que infla la bolsa en milésimas de segundo. Cuando el ocupante alcanza a tocar el airbag, este se encuentra totalmente inflado y casi en fase de desinflado.
Hay que dejar claro que el airbag no sirve de nada si no usamos el cinturón de seguridad. El cinturón es un sistema básico y todo se desarrolla pensando en su existencia. Si no usamos el cinturón de seguridad, el airbag podría ser fatal, ya que nuestra cabeza (u otra parte del cuerpo) impactaría contra la bolsa en una posición errónea o en un momento en el cual, podría llegar a provocar lesiones en lugar de proteger.