Antes de iniciar la marcha, hay cosas que se deberían hacer para el buen funcionamiento del coche en general. Pequeños pasos que se pueden automatizar en apenas unos días y que ayudarán a tener el coche en buen estado.
Uno de esos pasos es dejar el motor al ralentí durante unos segundos antes de iniciar la marcha. No hace falta cambiar los hábitos diarios, tan solo cambiar el orden de de las cosas. Todos nos ponemos el cinturón y posteriormente arrancamos el motor e iniciamos la marcha, pero lo mejor para el motor es hacer justo lo contrario, es decir, arrancar el motor nada más entrar en el coche y luego, completar el resto de cosas como ponernos el cinturón, encender la radio etc.
Cuando un motor está parado, el aceite va cayendo poco a poco hasta el cárter, la zona más baja del propulsor. Cuando lo ponemos en marcha, una bomba envía ese aceite a todos los rincones del motor, pero no es instantáneo, requiere un poco de tiempo. Si iniciamos la marca según ponemos en marcha el motor, el aceite no ha lubricado las zonas que lo necesitan y estas se someten a un desgaste muy elevado.
Por el contrario, si esperamos unos segundos (entre 20 y 30 segundos) antes de iniciar la marcha, permitiremos que ese aceite lubrique las partes importantes, evitando que sufran más de la cuenta por falta de lubricación. Esto se acentúa cuando el motor está frío (el arranque en frío es la operación más traumática para un motor). Cuando el aceite no está caliente, su densidad es mayor y resulta más difícil que se reparta como debe. Arrancar primero el motor y luego colocarnos el cinturón (y encender la radio, poner la calefacción…) permite que ese aceite llegue a todas las partes del motor protegiendo las mismas como corresponde.
Todos aquellos que abogan por la reducción de consumos al máximo, te dirán que arrancar el motor e iniciar la marcha de inmediato reduce la contaminación. Y en el fondo tienen razón, pero la reducción es tan mínima que los riesgos para el motor tienen más peso.