Poco a poco vamos dejando atrás la crisis sanitaria acaecida durante los primeros compases del año. El COVID-19 ha creado estragos y lo recordaremos durante mucho tiempo después, mientras vamos recuperando la normalidad y todo vuelve a su cauce. Sin embargo, esa normalidad no será la misma que teníamos antes, habrá muchos cambios y entre ellos, el gobierno modificará los impuestos relacionados con el automóvil.

Hablar de impuestos quizá no sea lo más interesante, cuando nos disponemos a recuperar la libertad de movimiento que hemos tenido siempre. Pero se trata de un cambio importante para la industria, que afectará al bolsillo de todos los usuarios de vehículos en España, tanto para bien como para mal. Los cambios que quiere introducir el gobierno están relacionados con la llamada “fiscalidad verde” y se encuentran dentro del “Plan de Impulso a la Cadena de Valor de la Industria de la Automoción”.

Se trata de una reforma a medio plazo de los impuestos de matriculación y de circulación, con el objetivo de ligarlos a criterios medioambientales. Se llevaría a cabo en el marco de la reforma de los Sistemas de Financiación Autonómica y Local, en coordinación con las Comunidades Autónomas (quienes tienen transferido el impuesto de matriculación) y los Ayuntamientos (quienes recaudan el impuesto de circulación). Los cambios se harían efectivos entre 2021 y 2024.

El sector de la automoción, tanto fabricantes como concesionarios, se pide la eliminación del Impuesto de Matriculación y un mayor gravamen del impuesto de circulación, para que se abone según antigüedad y sean los vehículos más contaminantes los que paguen más. Actualmente el impuesto de matriculación está ligado a las emisiones de CO2 y el impuesto de circulación se establece según cada ayuntamiento en función de los caballos fiscales.

Habrá que tener mucho cuidado con estos cambios, ya que pueden ser perjudiciales para determinado tramo de la población. El objetivo de esta nueva fiscalidad es potenciar el uso de vehículos más eficientes y de retirar de la circulación los más contaminantes, pero hay familias que usan un vehículo antiguo por la imposibilidad de acceder a uno moderno. Hay que tener en cuenta que un automóvil no es barato y muchos hogares no cuentan con las capacidades económicas para afrontar la compra de uno nuevo y aún así, necesitan un vehículo en casa.