Gel hidroalcohólico

Nos encontramos al borde de finalizar, por fin, uno de los momentos más tensos que hemos podido vivir en la historia. Tensos, complicados y peligrosos. Por suerte, nuestra unidad ha logrado que todo salga adelante y la pandemia de COVID-19 esté cerca de ser un recuerdo, pero todavía nos queda un duro camino por recorrer hasta alcanzar, lo que ahora llaman, la “nueva normalidad”. Se le añade nueva, porque durante un largo tiempo no tendrá nada de normalidad, desde este momento nuestra forma de vivir será algo diferente mientras siga habiendo peligro de contagio de coronavirus.

Por ejemplo, uno de los cambios que veremos establecerse será, además del uso de mascarillas, es el uso del gel hidroalcohólico, un producto que nos sirve para desinfectarnos las manos de forma cómoda, rápida y sencilla. En caso es que su popularidad está llevando a que surjan muchos bulos en internet que pueden llevar a confusión, como algunas fotos de una supuesta “explosión” de un bote que contenía dicho gel. Foto, por cierto, totalmente falsa y con información manipulada con un objetivo que no logramos comprender.

Hay dos tipos de geles hidroalcohólicos: biocidas y de naturaleza cosmética. Los primeros deben tener un etiquetado con la clasificación CLP, que hace referencia a la cantidad de componentes que pueden ser inflamables, mientras que los segundos, pueden tener diferentes cantidades de alcohol en su composición sin que sea obligatorio incluir dicha información.

Según diferentes fuentes, entre las que se encuentra la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), podemos llevar el gel hidroalcohólico en el coche siguiendo algunos consejos:

Mantenerlos alejados de focos de calor como superficies muy calientes, exposición directa al sol, llamas, chispas o cualquier fuente de ignición (el alcohol es inflamable y el etanol, componente que tienen algunos geles, también).
Hay que almacenarlos en lugares frescos y bien ventilados, evitando espacios donde se produzcan cambios de temperatura notorios y drásticos.

Es decir, resumiendo de una forma sencilla: es mejor no dejar el gel en el coche en días calurosos, como en verano a mediodía o en agosto durante las franjas horarias centrales del día. El contenido de los geles podría inflamarse con el consiguiente problema. Hablamos de casos extremos, obviamente, pero nunca está de más tener las cosas en cuenta por si acaso. Es mejor prevenir que curar.

Y no debemos olvidar que antes de usar el gel, lo mejor que podemos hacer es lavarnos las manos con abundante agua y jabón. Tampoco debemos olvidar que fumar después de usar este tipo de geles no es una idea muy recomendable, como tampoco lo es tocarnos los ojos.