Los coches eléctricos, aunque presentan grandes ventajas y un futuro prometedor por delante, también presentan algunas dudas entre los usuarios. Algo que, por otra parte, es lógico ya que se trata de una tecnología nueva, de la que habrá que aprender cosas poco a poco. No obstante, hay cosas que seguirán siendo exactamente igual o bien, conllevarán mínimos cambios.
Por ejemplo, un coche eléctrico se conduce exactamente igual que uno convencional, aunque requiere de una pequeña adaptación a sus frenos y a “jugar” con la retención del motor eléctrico para recargar las baterías. Son dos cosas que con haber recorrido 20 kilómetros ya se han aprendido y convertido en algo normal. Costará un poco más calcular la distancia de los trayectos y saber donde hay cargadores y además, saber cuánto se tardará en cargar por completo.
Son cosas de usabilidad, que se aprenden y se automatizan con el uso continuado. Por otro lado, hay cosas como las legales, que tampoco cambian en exceso de un coche convencional a uno eléctrico, como es el caso de la Inspección Técnica de Vehículos, la ITV. También es lógico que se tengan dudas en cuanto a cómo y cuándo se debe superar la ITV con un coche eléctrico, pero te vamos a sacar de dudas por si estás pensando en comprar un coche eléctrico o, simplemente, te quieres informar al respecto.
El caso es que todo es muy similar si lo comparamos con cualquier automóvil con motor de combustión. Así, los tiempos para acudir a la ITV son los mismos: la primera inspección a los cuatros de su primera matriculación y después cada dos años hasta llegar a los 10 años desde su primera matriculación, cuando habrá que empezar a acudir una vez al año. No obstante, lo que sí cambian son las pruebas a las que se somete al coche eléctrico y otras cosas relacionadas con la seguridad.
Para empezar, un coche eléctrico está exento de la prueba de emisiones y los elementos anticontaminación (pura lógica, pues no tienen emisiones locales), también está exento de la revisión sobre fugas de aceite y de ruido. Además, se tendrá un poco de cuidado al manipular ciertas cosas, como en el vano motor (para comprobar la revisión de la placa informativa que suele haber en el hueco del motor), pues hay conexiones eléctricas de alto voltaje. El resto es igual a cualquier otro vehículo ya que por el momento, no se ha diseñado ningún protocolo específico.
Es cierto que deberían revisar conexiones eléctricas, estado de las baterías o el funcionamiento del inversor de corriente, elementos delicados y que podrían provocar incendios o descargas eléctricas en caso de estar en mal estado. Pero no se hace, al menos de momento.
Respecto a los mal llamados “eléctricos de autonomía extendida”, tampoco hay nada establecido y todo depende de la estación de ITV a la que acudamos. Así, por tanto, podría ser sometido a la prueba de emisiones (todos los “eléctricos de autonomía extendida” llevan un motor de combustión que hace las veces de generador) o no, al igual que puede ser sometido a una inspección de fuga de aceite.
Si te estás preguntando por el precio, deberías saber que no hay mucha diferencia con un coche de gasolina convencional y los precios de la inspección técnica de un coche eléctrico suelen ser los mismos.