Parece ser que finalmente, la Dirección General de Tráfico hará modificaciones en las etiquetas medioambientales. Serán cambios que tendrán como objetivo una mejor gestión del parque móvil español y una mejor clasificación de los coches. Un cambio que ya se estaba esperando y que ha confirmado el propio director de la DGT, Pere Navarro, a través de una webinar organizado por ANFAC, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones.
No obstante, en dicha webinar (una conferencia a través de internet) no se ha dicho nada de cuándo o cuáles son los cambios que se harán en las etiquetas. Tampoco se ha dicho nada respecto a la posible aparición de nuevas etiquetas, algo que se lleva comentando en internet desde hace tiempo. Si se ha confirmado, por otra parte, que las actuales etiquetas seguirán vigentes en sus propios términos. El próximo 29 de septiembre está prevista una reunión para hablar sobre dichos cambios y para consensuar la decisión con los representantes del sector.
Las etiquetas de la Dirección General de Tráfico han sido muy criticadas desde el primer día. Se han considerado una forma de discriminar a los menos pudientes, los cuales no pueden permitirse nuevos automóviles poco contaminantes y circulan en sus “viejos” coches con muchos años a cuestas, mientras que los más pudientes pueden acceder a los últimos lanzamientos con etiquetas ECO y CERO.
También se criticó que las etiqueta ECO y CERO fuera tan laxa y se otorgarán a todos los coches que tuvieran algún tipo de electrificación, como algunos automóviles con grupo propulsor híbrido enchufable, que con 600 CV y consumos de más de 10 litros de combustible cada 100 kilómetros, están considerados vehículos poco contaminantes. En cuanto a la etiqueta ECO, se critica que se acepten los nuevos “mild hybrid” a pesar de no ayudar mucho a la contención de emisiones.
Desde el sector y desde la industria en general, se pide desde hace tiempo una revisión completa de las etiquetas y de su forma de ser otorgadas. No es lógico que un pequeño coche urbano con consumos de poco más de tres litros cada 100 kilómetros (homologados de media), tenga una etiqueta B por no llevar electrificación, mientras que un SUV de casi 2.000 kilos y consumos de más de 10 litros esté catalogado como CERO por ser híbrido enchufable. No tiene sentido y anula totalmente la buena intención de dichas etiquetas, que se centra en reducir lo máximo posible el acceso de coches contaminantes al centro de las grandes ciudades mediante una catalogación.
La forma de otorgar las etiquetas se hace, básicamente, de dos formas: por matrícula y por tecnología de los motores. Los coches de gasolina anteriores al año 2000 no llevan etiqueta (en realidad portan la etiqueta A, aunque no existe tal adhesivo), al igual que los diésel anteriores al año 2005. Los híbridos convencionales, los vehículos alimentados por gas vehicular y los mild hybrid son etiqueta ECO. mientras que los híbridos enchufables (con más de 40 kilómetros de autonomía eléctrica) y los eléctricos son etiqueta CERO.