Uno de los aspectos en los que más hincapié hace la Dirección General de Tráfico, con el objetivo de reducir los accidentes, es el respeto en todo momento de la distancia de seguridad. Un hueco entre el coche que nos precede y nosotros, que nos permitirá frenar con seguridad sin impactar con el coche que llevamos delante cuando sea necesario.
En condiciones normales, circulando a 90 km/h, el coche recorre nada menos que 50 metros en dos segundos. Es mucha distancia en muy poco tiempo, que aumenta cuanto más rápido circulamos, como cabe esperar. A esto debemos sumar el tiempo de reacción de un conductor normal, que depende del estado psicofísico y que puede puede llegar a ser de dos segundos. Además, también afecta el estado del coche, tanto de suspensiones como de neumáticos y frenos, necesitando de casi 60 metros para detenerse por completo desde los 90 km/h.
Si todo está como corresponde y el conductor reacciona a tiempo, una distancia de seguridad con el coche de delante de 50 metros evitará un accidente en todos los casos. Es más, sobrará la mitad de espacio entre coche y coche con toda probabilidad. No obstante, en caso de fallar algo, 50 metros se quedan cortos. A 90 km/h, recordemos, se tardan dos segundos en recorrer esos 50 metros, si el conductor tarda un segundo en reaccionar ya se han recorrido 25 metros adicionales (75 metros en tres segundos) y si el coche no tiene un mantenimiento adecuado, la frenada podría alargarse hasta 10 o 15 metros más. Es decir, después de recorrer 75 metros en tres segundos, el coche necesitará al menos 70 metros para detenerse en caso de frenada de emergencia. Eso son 140 metros.
La distancia de seguridad con el coche de delante no es por multar o por manías, se trata de evitar accidentes. La mayor causa de accidentes en carretera es la distracción, los conductores no están atentos a la carretera y al final, no reaccionan a tiempo. Como tampoco se deja la distancia de seguridad ni se desplaza a una velocidad adecuada, los accidentes por alcance son nuestro pan de cada día.
Por norma general, la DGT recomienda dejar 50 metros de margen entre coche y coche. Como nuestra mente no tiene un metro para medir, saber que un autobús suele medir 12 metros puede ser de mucha ayuda (habría que dejar entre coche y coche un hueco en el que cupieran cinco autobuses). También es importante saber que cuanto más rápido, más amplia debe ser la distancia entre los coches.