Es evidente que la crisis del virus COVID-19 cambiará las cosas para siempre, sobre todo en lo que respecta a zonas con grandes concentraciones de gente como ocurre con el transporte público. Las medidas de seguridad y la distancia personal han llegado para quedarse y sobre todo ésta última, será complicado de cumplir si viajamos en los atestados vehículos de transporte público.
Por ello, se espera que el transporte privado repunte como la principal elección de la gente. Según una encuesta realizada a través de internet por Clicars, el 93% de los ciudadanos prefiere usar el transporte privado frente al transporte público o el carsharing (vehículo compartido), una modalidad de desplazamiento que estaba ganando muchísimos adeptos en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona por la comodidad de poder disponer de un vehículo sólo cuando realmente haga falta.
Otro estudio realizado por Kapsch TrafficCom Index, un proveedor internacional de sistemas de transporte inteligente, ha llegado a unas conclusiones similares aunque apunta que en España, el uso del transporte público será todavía menor cuando acabe la pandemia de coronavirus.
Esto se debe a que en el transporte público nos vemos expuestos a grandes aglomeraciones de gente, con el riesgo de poder contagiarnos al no poder guardar la distancia mínima de dos metros entre personas. Con el vehículo privado esto no ocurre, ofreciendo una mayor sensación de seguridad en este aspecto. No obstante, esta tendencia podría tener también su lado malo, como el aumento del tráfico en carretera con todo lo que ello conlleva: una mayor posibilidad de accidentes de tráfico, atascos, aumento de la contaminación…
Será importante ver cómo actúa el gobierno frente al aumento del uso del vehículo privado y como se incentivará el uso del transporte público con el objetivo de evitar los posibles inconvenientes. Además, los datos de los estudios publicados afirman que uno de cada cuatro usuarios afirma tener ya un coche en casa, pero que necesitarían otro más para ofrecer movilidad a todos los miembros de la familia. Esto podría repercutir en un aumento de las matriculaciones y por ende, en un aumento de los coches en la carretera multiplicando todo lo anteriormente citado.