Límites de velocidad

Los nuevos límites de velocidad impuestos por la Dirección General de Tráfico para las ciudades, están dando mucho sobre lo que hablar. Desde la DGT defienden su medida asegurando que se salvarán miles de vidas anuales, evitando atropellos, pues la única forma de eliminar los atropellos, así como su gravedad, es la disminución de la velocidad.

Así, se ha establecido un límite de 30 km/h en vías urbanas de un solo carril por sentido, mientras que en las vías de plataforma única (la calzada y la acera están al mismo nivel, no hay bordillo) la velocidad se limita a 20 km/h. En las vías de dos carriles o más para el mismo sentido, la velocidad es de 50 km/h.

La idea de reducir la siniestralidad y evitar muertes por atropello, es algo que aplaudimos constantemente, pero los nuevos límites están generando muchos comentarios y muchas dudas, sobre todo después de ver cómo la Guardia Civil había preparado un operativo bastante grande y desde el primer día, con radares portátiles, para controlar y multar a todo aquel que superara los nuevos límites.

Límite de 30 km/h en ciudad

Por otro lado, también se han generado enormes dudas en otros aspectos, como el de la contaminación o la fiabilidad de los vehículos. Un debate que ha encendido las redes sociales y que ha provocado incontables comentarios desde diferentes protagonistas, como asociaciones de conductores y asociaciones de talleres. Pero, ¿realmente afecta tanto al coche una velocidad tan reducida? En caso afirmativo, ¿qué puede ocurrir?

Empezando por el principio, debemos decir que efectivamente, el motor de nuestro vehículo se verá afectado por la reducida velocidad, aunque la forma y la gravedad dependerá de cada vehículo y de cada usuario. La forma de conducir, el mantenimiento del vehículo y la cantidad de kilómetros que se recorran en esas condiciones serán clave para el motor. Y uno de los problemas a los que se enfrentan los nuevos motores, es a un aumento de la contaminación.

ASETRA, la Asociación Española de Talleres de Automoción, ha aclarado algunos puntos importantes sobre los posibles problemas que afecten a los motores. Por ejemplo, aseguran que un motor de combustión que cumpla con la normativa Euro V o Euro VI, tendrá problemas para efectuar la auto-regeneración del filtro de partículas, un dispositivo destinado a atrapar y eliminar las partículas de hollín de la combustión. Para realizar esa auto-regeneración, se hace necesario circular a una velocidad, un régimen y una condiciones que no se dan a 30 km/h, así que cuando se satura y no pueda realizar la regeneración, habrá que acudir al taller.

Limite 30 km/h

Igualmente, desde ASETRA comentan que se podrían ver obligados a realizar una descarbonización del sistema de admisión con mayor frecuencia.

Las diferentes situaciones de tráfico también afectarán a los motores, porque no es lo mismo circular a 30 km/h a velocidad constante que con retenciones continuas. En estos casos, en ambos, el principal problema que mencionan desde ASETRA es el sistema de refrigeración, que se verá obligado a trabajar en condiciones muy duras y tendrá que activar más habitualmente los electroventiladores.

En cambio, los vehículos eléctricos estarán en su salsa, porque a esas velocidades permitirán mayores autonomías, pudiendo llegar a detenerse sin usar los frenos gracias al gran poder de retención de los motores eléctricos. Esto puede parecer muy esclarecedor, y lo es, pues la DGT está preparando las normativas para los coches eléctricos, forzando a los usuarios de las grandes ciudades a vender sus coches de combustión y a usar, como poco, vehículos híbridos.